Cuando un paciente viene a la clínica lo primero, y más importante, que tenemos que hacer es un diagnóstico completo, es decir, unas fotos, radiografías y un escáner intraoral para detectar con precisión todos los problemas que presenta en su boca y en sus huesos para determinar la manera más correcta de solucionarlos. Una vez decidido el camino que vamos a seguir, elegiremos el vehículo que utilizaremos para recorrerlo, brackets o Invisalign. Eso dependerá de una gran variedad de factores óseos, dentales, funcionales y de crecimiento que el profesional debe estudiar y valorar para poder seleccionar la opción más correcta.
Las ventajas que ofrece la segunda opción son mayor comodidad, estética, permite tener mejor higiene así como tener una mejor alimentación ya que podemos comer cualquier cosa.
Se ha extendido la creencia de que el tratamiento de Invisalign es igual lo haga quien lo haga y parece que no son necesarios conocimientos ortodóncicos para corregir la mordida, pero no es así. Son muchos los factores que hay que tener en cuenta antes de empezar un tratamiento y solo un especialista está capacitado para diagnosticar con exactitud una maloclusión y decidir los pasos a seguir para solucionarlo.
Con Invisalign los dientes se mueven secuencialmente en respuesta a la presión que ejercen los alienadores sobre ellos, pero esta explicación tan sencilla lleva una gran cantidad de trabajo ya que, desde que hacemos el escáner hasta que el paciente se coloca por primera vez los alienadores, estamos en contacto directo con Invisalign para conseguir las correcciones dentarías y oclusales que necesitamos para seguir el camino que nos hemos marcado. Todo esto lleva a la conclusión de que Invisalign es una herramienta a nuestra disposición para solucionar las maloclusiones dentarías y depende de tres factores:
1.) Un diagnóstico exhaustivo por parte de un especialista.
2.) Un plan de tratamiento bien elaborado teniendo en cuenta los movimientos predecibles que vamos a hacer con cada alineador.
3.) Por último, pero no menos importante, la colaboración del paciente es fundamental para alcanzar los objetivos propuestos y que el tratamiento sea un éxito.
Para dar respuesta a la pregunta que da título a esta entrada del blog voy a poner un ejemplo muy sencillo. A mí me gusta jugar al fútbol (no soy nada bueno) y si uso las botas que utilizan Cristiano Ronaldo o Messi no va a hacer que juegue como ellos pero si hubiese entrenado todos los días durante muchos años podría llegar a ser mejor jugador. Con Invisalign ocurre lo mismo, lo puede prescribir cualquier odontólogo pero solo los que durante años se han formado día a día y son especialistas pueden diagnosticar con exactitud el tipo de maloclusión y dar la mejor solución. Entonces, ¿da igual quién lleve tu tratamiento de ortodoncia con Invisalign?. La respuesta es NO, busca a un ortodoncista porque tu boca es salud