La Halitosis, se define como el conjunto de olores desagradables que se emiten por la boca. Es un problema que afecta una de cada dos personas. Se considera un problema de carácter social relacionado con una higiene bucal deficiente o con enfermedades de la cavidad oral, aunque en ocasiones puede ser una manifestación de alguna otra patología.
Existen dos tipos de Halitosis: la Halitosis oral y la Halitosis extraoral. La halitosis oral se debe, en un 40% de las veces, a la acumulación de placa bacteriana especialmente en el dorso de la lengua. El otro 60% está relacionado con la periodontitis y gingivitis. Se considera que el 90% de los casos de halitosis son de tipo oral.
Existen dos tipos de causas, patológicas y no patológicas:
Patológicas:
– Aliento matutino
– Edad
– Fármacos
– Dieta
– Tabaco
– Periodos de ayuno
No patológicas:
– Necrosis por radioterapia y quimioterapia
– Lesiones ulcerantes
– Infecciones faringes
– Periodontitis
– Mala higiene oral
La halitosis extraoral es aquella que tiene su origen en trastornos sistémicos, patologías de garganta y nariz y, en raras ocasiones, problemas digestivos. Las causas asociadas a este tipo de halitosis son: nasales (sinusitis), enfermedades digestivas, enfermedades respiratorias, enfermedades sistémicas (diabetes mellitus mal controlada, infección renal, disfunción hepática, Síndrome de Sjögren, artritis reumatoide, etc.).
El tratamiento de Halitosis oral está orientado a disminuir el número de bacterias productoras de mal olor depositadas en el dorso posterior de la lengua y en la bolsa periodontal. Para evitar el mal aliento a nivel general, se debe de realizar una limpieza dental profesional y, además, se debe tener una higiene oral perfecta, que van desde un correcto cepillado y limpieza interproximal, a una limpieza completa de la lengua.
Os vamos a dar unos consejos para luchar contra el mal aliento:
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Utilizar un cepillo de dientes en buen estado, seda dental y un colutorio adecuado.
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Muy importante Cepillar la lengua
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Evitar el tabaco, que reduce el flujo de saliva, produciendo sequedad bucal, lo que es un caldo de cultivo para la halitosis.
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Evitar el exceso de cebolla, ajo o especias y el consumo excesivo de café. Consumir alimentos como manzana, zanahoria, pera, sandía, kiwi y apio.
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Las hierbas aromáticas como el perejil, eucalipto, romero, albahaca y menta ayudan a contrarrestar el efecto de comidas con mucho ajo o cebolla. Sin embargo, evita el limón.
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Para el buen aliento, consumir yogur, queso, especialmente Cheddar, cuya grasa combate los ácidos de las comidas y equilibra el pH, y jengibre en trozos pequeños, que neutraliza los olores que genera la boca.
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Beber agua abundante. Es imprescindible, porque el mal aliento tiene relación con la sequedad bucal, así que es importante tenerla hidratada.
